El 18 de agosto es un día cargado de emoción para los amantes de la cultura española: en 1936, en plena Guerra Civil, fue fusilado el poeta y dramaturgo Federico García Lorca. Sin embargo, a pesar de aquel asesinato cruel y cobarde, el granadino sigue vivo en cada verso y en cada melodía. Su obra literaria, su defensa del cante jondo y su teoría del duende lo convirtieron en un puente entre lo popular andaluz y la modernidad. En este artículo haremos un recorrido por la importancia de Lorca en la literatura y en el flamenco, descubriremos cómo sus poemas han inspirado cantes memorables y veremos cómo seguir explorando su legado en Aprendeguitarra.es, nuestra academia de guitarra flamenca online.
Índice
Lorca en la literatura: un poeta universal con raíces andaluzas
Una vida breve e intensa
Lorca nació en Fuente Vaqueros, Granada, en 1898. Desde joven mostró inclinación por la música y la poesía; su amistad con el compositor Manuel de Falla dejó una huella musical en sus versos. Estudió Derecho en Granada pero pronto se entregó a la literatura; su primer libro Impresiones y paisajes fue financiado por su padre. Más tarde se trasladó a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde trabó amistad con otros miembros de la Generación del 27, como Jorge Guillén o Pedro Salinas.
La crítica considera a Lorca una de las figuras claves de la Edad de Plata de la cultura española. Su obra está marcada por la nostalgia de la infancia, la sensibilidad ante el destino humano y una mezcla de tradición y vanguardia. En el Romancero gitano (1928) integró elementos del folclore andaluz, mostrando una Andalucía mitificada pero llena de conflictos. Cuando viajó a Nueva York en 1929, su deslumbramiento ante la modernidad se transformó en el poemario Poeta en Nueva York; en él denunció la injusticia social y la deshumanización del capitalismo.
Teatro y poesía que aún conmueven
Lorca no solo fue poeta: su teatro es, junto al de Valle‑Inclán, uno de los más importantes escritos en castellano en el siglo XX. Obras como Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936) combinan mito, poesía y crítica social. Estas tragedias rurales abordan temas universales: la opresión de la mujer, la libertad individual o la violencia del honor. Su lenguaje poético, cargado de símbolos como la luna, el cuchillo o la sangre, hace que sus dramas sigan emocionando en la actualidad.

Su poesía es igualmente innovadora. En Libro de poemas (1921) aparecían ya temas recurrentes como la naturaleza, el amor y la muerte. Con Romancero gitano exploró la vida y las tradiciones de los gitanos andaluces usando un lenguaje que mezcla lo popular con lo vanguardista. Posteriormente, en Poeta en Nueva York y Diván del Tamarit experimentó con el surrealismo.
La crítica literaria y las instituciones culturales destacan su universalidad: la Biblioteca Nacional de España señala que Lorca produce una literatura comprometida con temas sociales y caracterizada por una musicalidad reconocible, mientras que historiadores afirman que es uno de los poetas y dramaturgos más importantes de la literatura española y universal.
El Concurso de Cante Jondo de 1922 y el papel de Lorca
En junio de 1922, Granada fue escenario de un acontecimiento decisivo para el flamenco: el Concurso de Cante Jondo. Organizado los días 13 y 14 de ese mes en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra, coincidió con la festividad del Corpus Christi y se convirtió en el primer certamen de ámbito nacional dedicado al cante jondo. El objetivo era proteger y reivindicar un arte que muchos consideraban en peligro de desaparición.
Para sacar adelante el concurso, Manuel de Falla y el joven Federico García Lorca, junto a otros artistas, enviaron una carta al Ayuntamiento de Granada solicitando 12.000 pesetas. La misiva, fechada el 31 de diciembre de 1921, llevaba la firma de músicos como Manuel de Falla, Joaquín Turina y Óscar Esplá; políticos como Fernando de los Ríos; y escritores y artistas como Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez y Ignacio Sánchez Mejías, entre otros. El certamen fue organizado por el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada con la colaboración de Lorca y Miguel Cerón y contó con el asesoramiento de grandes maestros del cante jondo, como Antonio Chacón y Manuel Torre.
La competición reunió a cantaores casi olvidados —como Diego Bermúdez “El Tenazas”, que ganó dos premios— y a jóvenes valores que después se convertirían en figuras, como Manolo Caracol, que compartió el primer premio. La escenografía corrió a cargo del pintor Ignacio Zuloaga, autor de los telones, y de Hermenegildo Lanz, responsable de los carteles. El éxito y la repercusión del concurso sirvieron de modelo para el futuro Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba (1956). La participación de Lorca evidenció su compromiso con la defensa del flamenco como patrimonio cultural y su deseo de enlazar la tradición popular con las vanguardias artísticas de su tiempo.
Duende y cante jondo: Lorca y el flamenco
El descubrimiento del cante jondo
Aunque Lorca pertenecía a los «poetas cultos», fue probablemente el escritor que más vínculo tuvo con el flamenco. Su interés por lo jondo se manifestó en Poema del cante jondo (1921), donde plasma el sentimiento de seguiriyas, soleares, saetas o peteneras. Posteriormente, en Romancero gitano no hay referencias directas al flamenco, pero la inspiración proviene de lo jondo y de la cultura gitana.
Esta pasión no era casual: en su casa de Fuente Vaqueros oía cantes y zapateados; su abuelo Baldomero era aficionado al cante y su madre y su tía Isabel cantaban y tocaban la guitarra. Lorca aprendió canciones populares de las niñeras y de los trabajadores del campo, y esa música se convirtió en esencia de su creación. A los doce años comenzó su formación con el pianista Eduardo Orense; la amistad con Manuel de Falla reforzó su interés por la tradición musical española. En 1920, el filólogo Ramón Menéndez Pidal lo animó a tomar notas de romances orales entre los gitanos de Granada; estos apuntes lo llevarían a escribir Poema del cante jondo.
Conferencias y la teoría del duende
Lorca no se quedó solo en la poesía: también impartió conferencias que son fundamentales para entender el flamenco. En 1922, junto a Manuel de Falla, organizó el Concurso de Cante Jondo en Granada y pronunció la conferencia Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz, llamado cante jondo. Años más tarde, en 1933, ofreció Juego y teoría del duende, donde explicó su concepción del duende como fuerza interna que da autenticidad al arte. Según el ensayo, el duende es una energía misteriosa y emotiva que brota desde el interior del artista y lo enfrenta a sus sombras; se diferencia de la musa (inspiración externa) porque nace de la lucha con la propia vida. Para Lorca, el duende está presente en el cante jondo, la danza flamenca, la poesía y cualquier expresión que conmueva profundamente.
Las canciones populares y La Argentinita
Lorca también recopiló canciones populares y las grabó al piano junto a la bailaora y cantaora Encarnación López, La Argentinita. Estas grabaciones despertaron el interés de cantaores como Pepe Marchena y La Niña de los Peines. La fusión de lo popular y lo culto atrajo a generaciones posteriores de artistas.
Lorca reinterpretado: de Camarón a Morente
Camarón de la Isla: La leyenda del tiempo
Uno de los homenajes flamencos más célebres a Lorca lo realizó Camarón de la Isla. Su disco La leyenda del tiempo (1979) revolucionó el flamenco: incorporó guitarras eléctricas, batería y bajo, abriendo el camino al flamenco contemporáneo. Varias canciones de este álbum están basadas en poemas lorquianos: “Mi niña se fue a la mar”, “Romance del Amargo”, “Nana del caballo grande” y, por supuesto, “La leyenda del tiempo”. En el álbum Soy Gitano (1989) volvió a Lorca con “Romance de Thamar y Amnón” y “Casida de las palomas oscuras”.
Para ilustrar el legado vivo de estas adaptaciones, aquí tienes un vídeo de la versión de Camarón de “Romance de la luna” (poema incluido en Romancero gitano), interpretada con Paco de Lucía y Tomatito. El vídeo incluye letra y muestra cómo el cante flamenco rescata la poesía lorquiana:
- Romance de la luna – Camarón de la Isla (Camarón, Paco de Lucía y Tomatito).
El poemario de Lorca describe a la luna como un personaje que seduce a un niño gitano; la adaptación flamenca mantiene la narración y le añade el ritmo de los tanguillos.
Enrique Morente: tradición y vanguardia
Enrique Morente fue otro gran renovador que bebió de la poesía de Lorca. En 1972 incluyó en El lenguaje de las flores fragmentos de Doña Rosita la soltera. Más tarde, en Omega (1996), mezcló poemas de Poeta en Nueva York con rock alternativo gracias a la colaboración de Lagartija Nick, demostrando que el duende podía dialogar con guitarras eléctricas. Morente adaptó también por bulerías versos de Negra si tú supieras.
Puedes escuchar su interpretación de “El lenguaje de las flores”, basada en fragmentos de Doña Rosita. La grabación fue realizada en Granada y cuenta con la guitarra de Pepe Habichuela y Juan Manuel Cañizares. Según la descripción, la letra es de Federico García Lorca y la música y dirección artística de Enrique Morente.
La sensibilidad de Morente al cantar versos como “Abierta estaba la rosa con la luz de la mañana” evidencia cómo Lorca supo convertir imágenes sencillas en símbolos universales.
Otros artistas y adaptaciones
Además de Camarón y Morente, muchos cantaores han recurrido a los textos lorquianos. La Niña de los Peines y Pepe Marchena versionaron las canciones populares que el poeta grabó con La Argentinita. Más recientemente, artistas como Estrella Morente, Silvia Pérez Cruz o Carmen Linares han interpretado nanas, canciones populares y poemas como “Anda jaleo” o “Los cuatro muleros”. La riqueza de las imágenes de Lorca —lunas, caballos, sangre, ríos de plata— hace que sus versos sean perfectos para el cante flamenco; no solo ofrecen contenido narrativo, sino que incorporan ritmo y musicalidad
Más cantes: Arcángel, Manzanita y Carmen Linares
Para hacer este homenaje aún más ameno incluimos algunas versiones contemporáneas. El cantaor Arcángel estrenó en 2018 su disco Al Este del Cante con el tema “Baladilla de los tres ríos (en directo)”, donde un coro de voces búlgaras y la guitarra de Dani de Morón se unen a su voz.
El cantante Manzanita popularizó en 1978 la canción “Verde” —también conocida como “Verde que te quiero verde” por el verso lorquiano de Romance sonámbulo. La mezcla de rumba y balada hizo que esta versión llevase la poesía de Lorca a la radio y la televisión.
Por último, la cantaora Carmen Linares, referente del flamenco contemporáneo, grabó Romance de los pelegrinitos en un programa navideño de 1995 con la guitarra de Paco Cortés. La voz de la «Señora del Flamenco» otorga ternura y profundidad a este romance popular, demostrando que la poesía lorquiana es inagotable.
Estas versiones, junto a las de Camarón y Morente, demuestran que Lorca sigue inspirando a cantaores de distintas generaciones y de distintos estilos, porque no hay que olvidar que un cantautor de la talla de Leonard Cohen tenía los poemas de Lorca dentro su propio repertorio o el disco excepcional de «Lorquiana» de Ana Belén, por poner solo dos ejemplos más.
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Para quienes amamos la guitarra flamenca, estudiar las letras de Lorca es más que un ejercicio literario: es una forma de comprender el duende. Sus versos están llenos de compases naturales, repeticiones y metáforas musicales que sirven como guía para interpretar cantes por seguiriyas, soleá o tangos. En los directos de Aprendeguitarra.es utilizamos estos textos para entender mucho mejor la expresión musical para llevarla a nuestra guitarra.
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- García Lorca y el flamenco, de Félix Grande. Este ensayo traza el viaje de un poeta‑estudioso que supo comprender el mundo del flamenco desde su forma más esencial: la sabiduría del terror y la inocencia. Grande enumera los errores y descuidos de Lorca en sus trabajos sobre flamenco pero reivindica con energía la profundidad de sus intuiciones y el coraje moral con que las expuso. Una lectura imprescindible para comprender cómo el duende se cuela en la obra de nuestro poeta.
Lorca sigue vivo: su legado y el futuro
La muerte de Lorca fue una tragedia que simboliza la represión de la dictadura franquista. Su cuerpo nunca se ha encontrado, pero su voz sigue presente en todo el mundo. Lorca no solo escribió para su tiempo: con su mezcla de tradición y vanguardia, abrió caminos que siguen influyendo en la poesía, el teatro y el flamenco del siglo XXI. Su defensa del cante jondo, su teoría del duende y su capacidad para elevar lo popular a lo universal hacen que, cada 18 de agosto, su memoria renazca en cada rasgueo y en cada quejío.
Como artistas y amantes del flamenco, tenemos la responsabilidad de mantener vivo ese legado. Interpretar sus versos, estudiarlos y compartirlos es una forma de resistencia y de celebración. Desde Aprendeguitarra.es te invitamos a descubrir el duende que hay en ti y a seguir soñando con esa luna que vuelve cada noche a la fragua.